COMUNICADO DE LA EJECUTIVA DE CONTIGO-ZUREKIN VALORACIÓN DEL ACUERDO PARA LA LEY DE MEDIDAS FISCALES

Para Contigo-Zurekin la fiscalidad es la principal garantía de la justicia social. Nosotras siempre hemos defendido y siempre defenderemos que debe tributar más, quien más tiene y que nuestro proyecto de Comunidad implica un esfuerzo compartido para que los derechos de ciudadanía sean universales.

Y esa es la filosofía política que nos ha guiado en la negociación de la reforma tributaria que hemos acordado a través de la negociación en la Mesa Fiscal que compartimos con EH Bildu, PSN y Geroa Bai. Una negociación en la que sabemos que no podemos aspirar a imponer nuestro modelo fiscal, pero en la que sí tenemos claro que cualquier acuerdo con nuestra formación política solo puede pasar por la justicia social.

Por eso hemos acordado una reforma progresiva del IRPF. Una reforma que tiene en cuenta la situación de todas aquellas familias que ven cómo la vida cada vez es más cara, que miran con miedo la factura de la electricidad en invierno, que no pueden garantizar el cuidado de sus mayores o de sus hijos e hijas o que se ven asfixiadas por el precio de la cesta de la compra y el precio del alquiler. Una reforma que supone una transferencia directa de 135 millones de euros a las 370.000 personas de nuestra Comunidad Foral que cobran menos de 32.000 euros, y que puede llegar a suponer 1.000€ al año para aquellas personas que cobran menos de 20.000€ al año o de 500€ para las que cobran menos de 26.000€.

Nosotras tenemos claro que no es una solución para esa situación. Las soluciones pasan por garantizar el derecho a la vivienda, salarios dignos y un sistema de cuidados gratuito, público y universal. Pero también sabemos que no podemos construir el sistema en el que creemos de manera inmediata, ni tampoco en una legislatura, y por mucho que nos esforcemos en construir un parque público de vivienda, en subir el salario mínimo interprofesional, en cambiar las reglas laborales para dar dignidad al empleo, en actualizar las pensiones, y, en definitiva, en garantizar la dignidad de todas las personas mediante derechos universales y públicos, el camino es largo y hay personas que no pueden esperar. Por eso creemos fundamental demostrarles que les escuchamos, que lo sabemos, y que mientras construimos la Comunidad que queremos, no nos olvidamos de que sus necesidades son acuciantes y necesitan una respuesta, aunque sea parcial como es esta, inmediata.

Y por eso hemos acordado también una reforma de la tributación del capital. Una reforma que incluye una reestructuración completa del impuesto de sociedades que garantice que ninguna empresa, se acoja a las deducciones, incentivos o trampas fiscales a las que se acoja, nunca va a tributar por debajo del 13%. Un suelo fiscal insuficiente a nuestro modo de ver, pero que supone un paso diferencial en la convicción de que las empresas deben contribuir al desarrollo común de Navarra, independientemente de su tamaño o de su capacidad para hacer ingeniería fiscal. Un hito que supone un antes y un después en el esfuerzo de que las empresas de verdad paguen lo que corresponde, y que junto con la reducción de otros agujeros fiscales, como la deducción por bases liquidables negativas, nos da una nueva herramienta con la que pelear, año a año, para avanzar en la construcción de un suelo real de tributación que haga justicia en lo que aportan a las arcas públicas. A la vez, obligamos a aquellas empresas que quieran tributar al mismo tipo que en el resto del Estado, a que demuestren ante nuestra Administración que no destruyen empleo, que disminuyen año tras año los accidentes laborales y que tienen planes de igualdad que demuestren su compromiso real con el desarrollo equitativo de nuestra Comunidad. Porque no nos vale cualquier empresa. Queremos a aquellas empresas que demuestren un compromiso real con este territorio, y lo más importante, con sus gentes.

Y, considerando aún esto insuficiente en nuestro esfuerzo porque los que más tienen paguen lo que les corresponde, hemos acordado reimpulsar el impuesto específico a las grandes fortunas, garantizando que para nuestra formación política y nuestra manera de entender Navarra, no pueden limitarse a aportar lo mismo que los demás, sino que tienen que hacer una aportación extra para construir los derechos universales en lo que creemos para garantizar la dignidad de la vida del conjunto de la ciudadanía.

En definitiva, apoyamos esta reforma fiscal porque es un paso en la buena dirección, en la que ayudemos a quien más sufre las consecuencias del encarecimiento de la vida, en la que exigimos al capital que tribute lo que le corresponde y sea responsable con el territorio, y aunque sabemos que es un paso más pequeño de lo que nos gustaría, seguiremos invirtiendo todo nuestro capital político en lograr que Navarra sea la Comunidad que soñamos para vivir de manera digna, plena y feliz.